LEÓN.— La selección de Rusia, junto a la de España, la gran favorita para llevarse la victoria en el Torneo de España que ayer arrancaba en el Palacio de Deportes de León, tuvo que sufrir más de los que estaba previsto en un principio para salir victoriosa frente al equipo más débil sobre el papel de los cuatro que completan el cuadrangular, un combinado brasileño en el que se nota la mano del entrenador español Jordi Ribera, que nunca perdió la cara frente a los rusos a quienes tuteó durante todo un encuentro que se movió en parámetros de igualdad hasta el último minuto.
El partido fue el típico de apertura de un torneo, con la frialdad de las gradas que sólo rompían algunos aplausos para Krivoshlykov, el jugador del ademar que fue uno de los destacados en la selección de Rusia, en la que su seleccionador, Maximov, repartió los minutos entre todos sus jugadores, lo que llevó a que los goles también se repartieran entre casi todos sus jugadores, destacando con cinco dianas Kokcharov, una de las estrellas del balonmano ruso, aunque con un gol menos se quedaron el ademarista, Kovalev, Kamanin y Rastvortsev.
Para hoy, Rusia tendrá un escollo en teoría más complicado ya que se medirá a Polonia, que ayer se las tuvo tiesas frente a España y que cuenta con jugadores menos conocidos que los rusos, pero con una gran experiencia internacional.
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