La selección española de balonmano viaja a Alemania con el objetivo de encadenar su segundo título mundial consecutivo, un reto que ningún equipo ha logrado desde hace treinta y tres años, cuando Rumanía se alzó con el oro en los campeonatos de Francia en 1970 y de la extinta República Democrática Alemana en 1974.
Una titánica misión en la que intentarán hacer fracasar a los de Juan Carlos Pastor potencias de la talla de Francia, que ya se impuso a España en la final del pasado Campeonato de Europa, Croacia, vigente campeón olímpico, Alemania, anfitrión del torneo, Dinamarca o Rusia, entre otras.
Para ello, el seleccionador nacional, que compagina el cargo con el de técnico del Balonmano Valladolid, confiará en el mismo grupo de jugadores, con algunas pequeñas variaciones, que conquistó la corona mundial en Túnez en 2005 y la plata en el Europeo de Suiza 2006.
Entre las novedades del plantel español destaca la presencia del jovencísimo extremo del Barcelona Víctor Tomás, de tan sólo 21 años, que suplirá al lesionado Albert Rocas, ya que finalmente el otro debutante, el lateral Salvador Puig, no podrá viajar a Alemania, donde será reemplazado por Ion Belaustegui, a causa de una rotura de fibras.
Altas a las que tampoco se unirá definitivamente el pivote del Ciudad Real Carlos Prieto, que tras ser llamado de urgencia tras la fractura de nariz que sufrió Rubén Garabaya el primer día de concentración, finalmente ha sido descartado por Juan Carlos Pastor tras la rápida y total recuperación del jugador del Valladolid.
De este modo, las opciones del conjunto nacional dependerán del rendimiento del portero David Barrufet, el central Iker Romero, el lateral Alberto Entrerríos y el pivote, de origen cubano, Rolando Uríos, auténtica "espina dorsal" de la selección.
Cuarteto al que deberá sumarse Mateo Garralda, de 36 años, que parece haber prolongado su eterna juventud con su fichaje por el Ademar de León, y cuya aportación se antoja, tal y como ocurrió en el Mundial de Túnez, fundamental en una posición, el lateral derecho, que se prevé como la más problemática del cuadro español.
No obstante, la fortaleza de España volverá a descansar en su sofisticado entramado defensivo, objeto de estudio en cualquier simposio internacional, en el que prima la anticipación, la inteligencia y la velocidad de piernas, sobre la dureza por la que apuestan tantos y tantos equipos.
Un complejo sistema que el equipo español, que llega a tierras germanas tras sumar por victorias todos sus encuentros de preparación, tendrá de opción de engrasar definitivamente en la primera fase de la competición en la que España se medirá a las asequibles Egipto, Qatar y la República Checa.
Pese a los quebraderos de cabeza que acostumbran a propiciar las defensas abiertas que suelen practicar los equipos africanos y asiáticos, todo indica que los de Juan Carlos Pastor, que tendrán su primera prueba "seria" en la última jornada ante el combinado checo, deberían ser primeros del Grupo D, que se disputará en Bremen.
Más complicada se presenta la segunda ronda, a la que accederán los dos primeros clasificados de cada grupo, y en la que España se medirá a temibles rivales como Croacia o Rusia, máximos favoritos del Grupo F, así como con Dinamarca, Noruega o Hungría, que se disputarán las dos plazas correspondientes al Grupo E.
Cuatro duros compromisos de depararán los cuatro equipos que disputarán los cuartos de final, donde a partido único, los supervivientes se jugarán un puesto, primero, en las semifinales y posteriormente en la gran final de Colonia, donde además del cetro mundial estará en juego una plaza en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
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