de Garabaya
MANUEL ESPADAS / CIUDAD REAL
Carlos Prieto se incorporó ayer a la concentración que la selección
nacional de balonmano lleva a cabo en Santander. El pivote del BM Ciudad
Real no pudo evitar llegar tarde a la sesión matutina de entrenamiento,
a pesar de la diligencia con la que actuó tras recibir la llamada
telefónica de Juan Carlos Pastor, requiriendo sus servicios tras la
lesión de Rubén Garabaya. Ahora, el extremeño pertenece al equipo que
defenderá en Alemania el título de campeón del mundo, aunque es
consciente de que su estancia en la selección puede ser sólo provisional.
«Sé que esto puede ser un viaje de ida y vuelta. Dependerá de lo que
pase con Rubén (Garabaya), como sucedió el año pasado con Hombrados y
Sierra. De todos modos yo acudo a la selección concentrado para entrenar
y ayudar todo lo posible. Si hay suerte iré al Mundial, y si no, no pasa
nada. Yo estaré siempre disponible», explicó Carlos Prieto.
El pivote del BM Ciudad Real cree que, aunque el sueño de estar en
Alemania no se haga realidad «me conviene estar en la selección, en su
ámbito, contando con la confianza del seleccionador, porque si no es
este Mundial será el siguiente, y si no un Europeo...», valoró.
en ciudad real. Prieto recibió la llamada urgente de Pastor en Ciudad
Real, donde se preparaba para viajar hasta Gijón a pasar la Nochevieja
con su novia. Estaba recogiendo cosas y dio la casualidad de que,
minutos antes de conocer su convocatoria, guardó las zapatillas en la
bolsa. «Ahí os quedáis durante un mes, pensé sin imaginarme que me las
pondría un día después».
La lesión de Garabaya ha provocado que las vacaciones del extremeño se
hayan esfumado, con la posibilidad de que el día 8, incorporado el
pivote del BM Valladolid, Carlos Prieto se vea obligado a regresar a
Ciudad Real para ver el Mundial por la televisión. Sin embargo, Prieto
no renuncia a su mayor deseo: estar en Alemania. «Nunca se sabe», concluyó.
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